top of page
Buscar

El Observador Siendo Observado


El otro día tuve una revelación profunda.Una de esas comprensiones que no llegan solo a la mente, sino al cuerpo, al corazón, al silencio entre los pensamientos.


Me di cuenta de que: No soy solo el observador.También soy lo observado.Y soy el observador que está siendo observado.


No es solo poesía. Es una llave para comprender la danza divina entre la conciencia y la creación.

Solemos pensar que estamos separados de lo que observamos.Observo mis pensamientos, mis emociones, mi cuerpo, mi entorno, y creo que yo estoy mirando eso. Que hay un “yo” interno y un “mundo” externo.


Pero si miras con más profundidad, sentirás otra cosa: Sentirás que aquello que estás observando… también es consciente de ti.


Observas tu tristeza, y de alguna forma, ella lo sabe. Llevas atención a tu cuerpo, y este responde a tu mirada. Sientes un dolor, y bajo tu conciencia amorosa, ese dolor se transforma sutilmente.


¿Qué está ocurriendo ahí? Ya no es un camino de un solo sentido. Estás observando. Y estás siendo observado.


Es como si la creación misma supiera que está siendo vista.Y el que observa—esa conciencia detrás de tus ojos—también es consciente de estar siendo vista.


Ya no hay una verdadera separación. Solo la apariencia de dos.Pero detrás del que ve y de lo que es visto… está la misma presencia.


Dios está en cada átomo. En cada partícula de existencia. No solo como energía, sino como conciencia viva.


Y esa conciencia no es algo estático. Está viva. Se reconoce a sí misma.


La física cuántica tiene un concepto que refleja esto: el efecto del observador.Antes de ser observado, algo existe como una onda—un campo de infinitas posibilidades.Pero al ser observado, la onda colapsa y se convierte en partícula. Se manifiesta como una realidad específica, concreta.


La realidad se vuelve real… cuando es observada, la creación se manifiesta a través de la mirada.

Y aquí está el misterio:Dios crea a través de su creación.Y su creación crea a través de Él.


Tú y yo somos esa creación.Hechos de la misma esencia divina.


Y cuando observamos esta vida, cuando miramos hacia adentro y hacia afuera con presencia, estamos participando en la creación.Pero al mismo tiempo, estamos siendo vistos.


¿Vistos por quién?Por esa misma conciencia que nos da vida.Por Dios.


Hay una mirada mutua. Una intimidad sagrada.


Esto no es una teoría abstracta. Se puede sentir.Puedes sentarte en silencio y darte cuenta de que no estás sola.Que algo te observa—no para juzgarte, sino para abrazarte con amor.Que tu respiración, tus lágrimas, tu risa, tu presencia… están siendo percibidas por algo mayor.Y ese algo… eres tú, más allá de la ilusión de la separación.


Esto también puede sentirse entre dos seres.Cuando estás plenamente presente con otro, puedes sentir su presencia observándote. No solo sus ojos sobre tu cuerpo, sino su conciencia tocándote.Y en ese instante, ya no eres solo quien observa.Eres quien está siendo observado por la conciencia del otro.


Entonces ocurre algo milagroso:Te das cuenta de que el otro no es verdaderamente “otro”.Que la conciencia en él o en ella es la misma que hay en ti.Y que ambos son reflejos de una misma fuente divina.


Esta fue la revelación que llegó a mí:


Soy el observador. Soy lo observado.Y soy el observador que está siendo observado.


Cuando observo mi cuerpo, mis emociones, mis pensamientos—estoy viendo la creación.Cuando observo con presencia, siento que la creación me devuelve la mirada.Y entonces… recuerdo: Todo esto es Dios. La creación es Él. La hizo con su propia esencia.Y al observarla, Él se contempla a sí mismo.


Y cuando la creación vuelve su mirada hacia Él, hay reconocimiento. Hay amor. Hay unión.

Como un niño que se da cuenta de que su madre o su padre siempre estuvo cerca.Como la luna reconociendo al sol.Como el corazón recordando su origen.


“La verdad es que siempre te he buscado”, dice la creación.“Siempre he estado contigo”, responde el Creador.


El observador y lo observado se reconocen.Y recuerdan que no son dos. Son uno. Siempre lo fueron.

Y en ese reconocimiento, algo sagrado despierta.


Eso es estar consciente.

Ver.

Ser visto.


Katiana

 
 
 

Comments


bottom of page